Luis Enrique volvió a escribir su nombre en lo más alto del fútbol mundial. El técnico asturiano fue elegido como el mejor entrenador del planeta, un galardón que recibe diez años después de haberlo conquistado con el Barcelona. En esta ocasión, el reconocimiento llega tras liderar una campaña histórica con el Paris Saint-Germain, marcada por un triplete inolvidable.
El galardón, que sucede al conseguido por Carlo Ancelotti la temporada pasada, lo encontró en Marsella, donde dirigía al PSG, por lo que no pudo estar presente en la gala. Solo Ousmane Dembélé, Désiré Doué y Joao Neves representaron al club en la ceremonia, mientras el resto del plantel se concentraba en el clásico francés.
Los números de su temporada hablan por sí solos: 49 victorias en 65 encuentros oficiales, con apenas nueve derrotas. En Francia, su equipo se consagró campeón de la Ligue 1 con una ventaja de 19 puntos sobre el segundo, precisamente el Olympique de Marsella, y conquistó también la Copa de Francia con un contundente 3-0 al Stade de Reims en la final.
Pero la verdadera consagración llegó en Europa. El PSG levantó por primera vez la Champions League tras golear 5-0 al Inter en la final, firmando una de las páginas más gloriosas en la historia del club y del propio entrenador, que ya había ganado el torneo en 2015 con el Barça. A ello se sumaron la Supercopa de Europa, ante el Tottenham, y el subcampeonato en la primera edición del nuevo Mundial de Clubes.
En un mensaje grabado, Luis Enrique agradeció el reconocimiento: “Gracias a mi familia, es un momento muy especial para ellos. A los jugadores, cuerpo técnico y a Al Khelaifi por confiar siempre en nosotros. Es muy bonito recibir un galardón individual, pero lo más importante es el reconocimiento de nuestros hinchas”.
Con este premio, el asturiano confirma su lugar entre los técnicos más influyentes del siglo XXI, capaz de reinventarse y volver a la cima del mundo del fútbol.